EUROPA
PRESS
5 abril
2019
¿Cómo
afectan los genes a la belleza facial?
Los genes desempeñan un papel en la
determinación de la belleza del rostro de una persona, pero ese papel varía con
el sexo de la persona, según un nuevo estudio realizado por Qiongshi
Lu y sus colegas en la Universidad de Wisconsin-Madison, Estados Unidos, cuyos
resultados se detallan en un artículo publicado este jueves en 'PLOS Genetics'.
Los seres humanos tienden a preocuparse por la belleza: el
atractivo de una persona está vinculado con el rendimiento académico, el éxito
profesional y la movilidad económica. Pero a pesar de su importancia, los
científicos saben poco acerca de la base genética para tener una cara bonita.
En el trabajo actual, los investigadores realizaron un estudio de asociación de
todo el genoma utilizando información genética de 4.383 individuos para
identificar partes del genoma relacionadas con la belleza facial.
Tenían voluntarios que puntuaban las fotos del anuario según
el atractivo de los participantes con ascendencia europea y comparaban las
puntuaciones con la información genética de cada persona. Los científicos
identificaron varios genes relacionados con el atractivo facial, pero sus roles
y su relación con otros rasgos humanos variaron según el sexo. En las mujeres,
ciertas variaciones genéticas relacionadas con la belleza también parecían
estar asociadas con los genes que afectan a la masa corporal, mientras que, en
los hombres, las variantes estaban relacionadas con los genes que afectan a los
niveles de colesterol en la sangre.
No hay un gen
maestro que determine el atractivo físico
El estudio proporciona nuevos conocimientos sobre los
factores genéticos que subyacen en el atractivo facial y destaca las complejas
relaciones entre la belleza y otros rasgos humanos. "Al igual que muchos
otros rasgos humanos, no hay un 'gen maestro' que determine el atractivo de una
persona, observa el autor Qiongshi Lu. En cambio, lo
más probable es que esté asociado con una gran cantidad de componentes
genéticos con efectos débiles. Curiosamente, la especificidad por sexo es un
patrón recurrente observado en casi todos los análisis de nuestro
estudio".
Los investigadores reconocen, sin embargo, que sus hallazgos
se basan en un grupo homogéneo de individuos de la misma edad y origen étnico.
Proponen que los análisis futuros que incluyan una muestra más grande de
personas de poblaciones y edades diversas mejorarán aún más nuestra comprensión
de este rasgo humano altamente valorado.